LAS MANIFESTACIONES DEL 15 M

LAS MOVILIZACIONES DEL 15 M

¿No estaba la derecha llamando a través de sus herramientas mediáticas a la rebelión de las masas contra un Gobierno que hunde a España en la miseria? A que viene entonces su descalificación prepotente de los miles de manifestantes pacíficos en las plazas de ciudades de todo el país que, al fin, vienen a mostrar que todo tiene un límite y lo hacen, desde condiciones individuales más o menos intelectualizadas pero igualmente válidas con el objetivo de elaborar una Declaración de principios -50- inexcusables para poder seguir creyendo en el papel del Estado y de los instrumentos democráticos sobre las razones de mercado y los intereses de los grandes grupos de poder. Algunas voces muy autorizadas de esa derecha han calificado a los manifestantes como grupos de porretas haciendo botellón, y los más exaltados-aunque presuntamente tan doctos como César Vidal- señalan el aliento de Eta detrás de las manifestaciones.
Esta reacción refleja que el PP no ha superado el síndrome de la derrota electoral según ellos orquestada desde la manipulación de la verdadera autoría de los atentados del 11 M. ¿Cuál es el temor ahora si los manifestantes se rebelan en un escenario con los socialistas gobernando? Pues ni más ni menos que los males del sistema denunciados y que le explotaron a Zapatero en las manos se gestaron durante décadas y se agudizaron durante el Gobierno de Aznar. Entre el 96 y 2004 se agudizó el desequilibrio en las fuentes de creación de empleo, se afianzó la senda de la sobrevaloración de lo inmobiliario, se vendieron al gran capital privado las empresas públicas adelgazadas en gastos de estructura dejando en herencia a la caja común los costes de las purgas, se concedieron usos y prácticas a los bancos cual si se tratara de usureros incumpliendo todas las directivas europeas, se permitieron por ley blindajes en las Cajas Públicas para favorecer a Consejeros, desde el maridaje político, cual si se tratara de sus propietarios, se consolidaron maquinarias obsoletas, infructuosas y con un coste social determinante, cuales son el Senado, las Diputaciones, Órganos Consultivos y Fundaciones...
Prueba de que el país precisa de una remoción de un Sistema Neoliberal que destroza a los emprendedores, no ofrece ora oportunidades ora incentivos a los muy preparados y explota hasta la indecencia a los denominados sin cualificación, prueba de que se están haciendo las cosas mal porque se parte de un modelo que ya no sirve al conjunto de la sociedad es que las cifras de paro, descenso en las coberturas sociales, pérdida de riqueza e incremento de las familias en estado de extrema necesidad se dan en Comunidades autónomas gobernadas por cualquier sino político a lo largo de todo el país, exceptuando a vascos, navarros y riojanos donde los sectores productivos están mucho más diversificados.
Por tanto, celebremos que por fin los ciudadanos de a pie utilicen el único cauce que les queda para amplificar sus reflexiones, protestas, idearios y propuestas, de manera pacífica y constructiva, como lo están haciendo. Los medios, en manos de las oligarquías, sólo se hacen eco ante manifestaciones de esta dimensión, que rebasan las fronteras de nuestro país y ponen en incomodidad a los políticos aislados en sus torres de marfil y acostumbrados a discursos con palabras grandilocuentes y menciones a los menesterosos desde la lejanía y carentes de verdadera empatía. Porque lo que distingue a un Político de un politicastro es la capacidad para ponerse en el lugar del otro y para eso hay que pisar la calle, las lonjas, las bacas en el Gran Sol, a punto muerto, las cocinas de cáritas, los centros de planchado industrial, las excavaciones, las plantas de desahuciados, las cabinas de los recogedores de basura o de los transportistas autónomos que tienen que seguir trabajando por debajo de los precios de costes porque nadie les compra un camión que lastra sus vidas. Para eso hay que comer mucha mierda de la de diario y no llega con hacerse la foto sólo del día después en Lorca con un bebé en brazos, un bebé que trae el pan electoral para dar la vuelta al mundo.