sábado, 24 de abril de 2010

LA ASUNCIÓN DE LA MORTALIDAD

Noticias de actualidad

Ayer un joven amigo mío dejó una nota al pie de la silla de la que se tiró colgado de una soga que pendía del techo: “me quito la vida porque no puedo soportar la idea de que he de morir necesariamente. No puedo convivir con la incertidumbre de no saber cuando ocurrirá”.
Reflexioné y pude recordar que en los últimos tiempos varios jóvenes del entorno de amistades de mis hijos han rumiado en voz alta conceptos en torno a lo absurdo de la muerte, a lo corta que es la vida, al la imposibilidad de abordar siquiera un puñado de iniciativas vocacionales para cuyo desempeño desde la excelencia se necesitan décadas. Estas expresiones de hondo calado existencial me impactaron aun más teniendo en cuenta que a los veinte años muchos otros jóvenes ven la vejez como algo que de lejano parece sólo ajeno y se sienten inmortales.
Lo cierto es que con todos esos amigos de mis hijos siempre he sostenido, con aparente convicción, que con el paso de los años se va asumiendo con naturalidad la caducidad de nuestra hoja de ruta, y que para ello es fundamental el grado de identificación entre los proyectos de juventud y su progresivo alcance durante la madurez. Para esa paz con la que los viejos asimilan el momento de morir no conviene la sensación de tener asuntos pendientes o de haber perdido la oportunidad de vivir con consciencia de hacerlo en lugar de que otro viva por nosotros encarnado en nuestro cuerpo.
Por eso cuando ayer llevé a mi hijo a unas charlas sobre madurez vocacional y orientación universitaria medité sobre la importancia de esas iniciativas que pueden evitar el fenómeno de carreras y estudios frustrados. Pensé en la importancia de enfocar la vida, los medios de supervivencia lo más acordes posible con las propias inclinaciones para que ganen el individuo y también la sociedad. Porque con motivación aun en el medio más hostil se sale adelante y años más tarde, cuando se eche la vista atrás, no habrá deudas vitales pendientes de amortizar ni nada que incomode la conformidad con el presente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario