domingo, 2 de mayo de 2010

ECOLOGISMO INTEGRAL

El jueves pasado han multado con un millón de pesetas a un paisano que, asustado, mató a un gran lagarto que se cruzó en su camino de vuelta a casa después de una jornada de siega. Al parecer fue denunciado por una organización ecologista, pues el lagarto pertenecía a una especie protegida. El paisano comentaba con dificultades que había eludido la cárcel por carecer de antecedentes penales. El dinero de la multa eran escasamente sus ahorros de toda una vida de trabajo.
Y digo yo, ¿que movimiento en defensa de la naturaleza se encargará de poner en cuestión al Premio Carlomagno, Juan Carlos de Borbón y Borbón, por cazar al oso en Rumanía.
Es que se puede procesar a alguien que actúa producto de su instinto de defensa y considerar héroes nacionales a los que asesinan con premeditación a animales sometidos a dos días de torturas salvajes, en un ritual de sangre que media España llama fiesta nacional y que resta toda credibilidad a la reivindicación de modernidad y progresía que reivindica este país, anclado en muchos aspectos en los años oscuros de la Edad Media, cuando las jerarquías religiosas borraron el legado de los saberes clásicos para infundir el miedo a lo desconocido y el temor de dios en la población devuelta a la ignorancia.
El pensamiento ecológico cae en un absolutismo irracional cuando sus sustentadores proyectan la mirada en una sola dirección, con parcialidad, en lugar de contemplar todos sus ricos matices y los pros y contras de cada decisión en su contexto. Así, se defiende a ultranza la negativa a instalar granjas marinas en multitud de tramos del litoral. Bien, concedo en que el paisaje cambia con la instalación de piscifactorías. Pero dado que necesitamos del mar para satisfacer una necesidad creciente de alimentos, ¿no será más ecológico cultivar especies en lugar de sobreexplotar los recursos y quemar un litro de gasóleo por cada kilo de peces capturado?. Sin contar la vida excesivamente dura de los marineros de altura y de sus familiares. O el coste medioambiental que suponen la construcción de los barcos y su mantenimiento. La instalación de abundantes granjas marinas permitiría la recuperación de la fauna marina en unos años y multiplicaría el número de puestos de trabajo generados por la pesca en altura.
Ecologismo es comprender al paisano -también especie para proteger- que mató al lagarto. Y ecologismo es movilizarse para cerrar las papeleras y otras industrias que vierten a las rías metales pesados con la coartada de que crean empleo y generan riqueza en la zona, cuando el balance es de doscientos puestos de trabajo creados por Ence y cinco mil perdidos, entre directos e indirectos, en el sector del cultivo de marisco y pesca extractiva en la ría de Pontevedra. Eso sin contar las repercusiones de las emisiones al agua y al aire en un área superpoblada, con muchas incertidumbres acerca de la incidencia del cáncer a largo plazo.
Estando de parte de las organizaciones que luchan para acabar con la caza de ballenas y focas, les demando sin embargo una visión más amplia, que contemplen que deben plantearse otras opciones y que estas, por respetuosas que sean con el medio, siempre supondrán un cierto grado de coste medioambiental. Es caso es que éste sea asumible y sostenible en el tiempo. ¿O acaso la construcción de un coche eléctrico, con su pila de combustible, no supone la utilización de miles de litros de agua y de energía en el mejor de los casos hidroeléctrica? ¿Acaso los molinos de viento no matan miles de aves e influyen en el cambio de torrenteras y del paisaje? Pero esos costes son tan ridículos al lado de los que supone la extracción, el refinado y la quema de combustibles fósiles, que mientras no se generalice la fisión o el maná caiga del cielo se me antoja que debemos apostar por eólicas, fotovoltaica, aprovechamiento de la energía de las olas e implantación suficiente de granjas marinas. Y dejemos al paisano del lagarto con sus ahorros de toda una vida de sudores.


CÓDIGO: XSX7K28CJ4HK

1 comentario:

  1. Santi, aquellos polvos traen estos lodos. O dicho de otra forma: ten cuidado con lo que pides que te lo pueden conceder.

    Un saludo.

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